Magníficos días para el btt
Ciao bellos, come questo:
Ya estamos unos cuantos de vuelta a la realidad. Retomamos nuestras rutinas y nuestros hobbies. Yo en este caso la sana costumbre de la redacción. Espero poder alegrar aunque sea en una mínima parte el alma de los lectores con interés en estas páginas digitales y para ello voy a intentar haceros llegar un soplo de aire fresco en forma de artículo. Para aquellos que estáis trabajando, para los que no, para los altos, para los bajos, para los que sesean y para los que les faltan un diente, para tutti simplemente trasladar un poco más de la otra visión de la bici.
Por esto y porque también nos gusta compartir nuestras experiencias con vosotros a través de este medio expondré en un pequeño resumen las situaciones, rutas, convivencia y momentos buenos-malos de estos pasados 25 días de monte y rule aberroncho que hacen que la existencia sea diferente.
Basta de rollo. Al turrón kiollls.
En principio todo era una salida normal. Luego fuimos coincidiendo varios colegas de diferentes valles con un denominador en común, la montaña. También en su vertiente btt, naturalmuerte. Fue un germen que parece crecía y al final… llegó el final. Un grupo cicloalpinista formado por lo mejor de cada casa. O eso dicen. Sin nombre, sin organización ni estructura previa. Yo diría más bien espiritual. Uno de Ainsa, otro de Biescas, otro lo han echado de todos los sitios, otro de la Tierra Baja, del Valle del Zierzo, algún compañero en ocasiones procedente de Vitoria y así como veis un grupo heterogéneo con una sola idea: El Montalbán. También le llaman btt, enduro, bici de monte o tantas cosas más. Creo sencillamente que hacemos bicicleta.
Mi último tren llegaba con retraso así que acepté cualquier lío que se me ofreciera con pinta de embarcada. Era el principio de agosto del corriente y con más mono de bici que de otra cosa. Tal vez Arguis fuera suficiente. Sin pensar más allá con el tío Mzungu (el biker con los huevos más bajos del Reyno) nos hicimos una subida y bajada al más puro style aberroncho. Sube desde Belsué, baja 800 m negativos de un tirón. Ufff. No era suficiente. Sólo sirvió de estímulo a mis músculos que se tonificaron. Pero la cabeza me pedía más. Las endorfinas dormidas por las ambars no paraban de bullir. Habría que estirarse más que un portero de futbolín para calmar tanta ansiedad. Era como adelantar un talón de setencientas para cubrir una vida disoluta y de perdición. Nada. Un par de salidas tan escuálidas como mi bici de entreno y otra vez a intentar tomar aire puro. Esta vez de verdad. Ahora toca subir varias veces al Valle. Aquí no hay medias tintas. Así que como objetivo la Raca y después Dios dirá. A la altura de año que estamos no podemos desperdiciar ningún pico. Remontamos después de hacernos el Camino de Santiago y procedemos a bajar por la nueva senda que desciende desde la Trapa hacia Canfranc. No apta para cardíacos. No digo más. Curvas y contracurvas de pivotaje, ramas, patio, trampas (más que en una película de chinos) y al final una ruta destroza piernas.
Otra vez más repetimos por el Valle, porque las sendas que han trazado el amigo Toño y cía y la limpieza que se han currado en la zona de Collarada bien merecen la pena de varias visitas y así poder festejar con los colegas que se implican en la labor. Aupa. Pendiente para este año quedan los Bacunes, Estiviellas, Caseta del Vasco y un par de subidas a lo loco.
Con las espaldas bien guardadas por un pequeño entreno llega el turno al Cancías. Madredelamorhermoso. Puro sufrimiento oiga. 1350 m+ de desnivel a lo loco. La parte de ascensión en bici es una delicia pero el suplicio empieza desde el refugio y a raíz del remonte de bici. Se tira de la burra para arriba agarrada del ramal. Si esto era poco no faltaba otra cosa que la parte final de trepada para llegar a unas campas alpinas preciosas desde las que descender hacia el punto de partida que no fue otro que Fiscal. Más en concreto nuestra base de operaciones. La que algunos llaman Camping El Jabalí Blanco.
Esta ruta marca. Teníamos hecha la Fuente del Gato, Ibonciecho, Cutas y Berroy, quedaba pues rematar la faena en el valle.
Listo y medido. Un reparador baño en el río Ara con espectáculo lamentable para las visitantes del lugar hizo el resto. Las risas también porque con el agua fría no quiero contar como se queda…..el patio, y eso que alguno movía el culete con un swing que derretía el hielo de las copas.
Vamos in crecendo. Era la antesala. La plegaria previa.
Todavía no había llegado el hito final. Ya las campanas repicaban a duelo cuando me vi que no había solución. Alea jacta est. Tocaba una salida total. La vuelta a los picos de Guara. Majestuosos, duros, preciosos y poco asequibles. Dije que sí, sin pensar,pretendiendo hacer un envite de farol, sabía lo que esperaba y aun así estaba dispuesto a subir. Para volver a ser alguien en el ambiente no basta con escribir, tener gramática parda y salir un par de veces a la semana, también debes subir, bajar, sufrir y comer polvo y algún erizón. Y eso es precisamente lo que pasó. Con 6 horas y media de pedaleo y desnivel por encima de los 1500 m (con mucha solvencia registrados) el paseo no fue como el de Miss Daisy. Reventados como el lagarto de Jaén –al que le llegaron las tripas a Córdoba- , deshidratados, medio atufaos y con más heridas en las piernas que si nos hubiéramos fo***do un gato llegamos a Nocito, a la sazón inicio y final de vuelta.
Aderezado todo esto durante estas 4 semanas con una compañía digna de cualquier frenopático o de cualquier centro de btt, reformatorio para almas con estreñimiento producto del asfalto y unas ansias desmedidas por llenar los pulmones de aire puro, libertad y montaña; sensaciones que sólo vosotros lectores que compartís esta afición podéis entender, vivimos cada latido del corazón esperando otro segundo más en esta tesitura.
No padecemos locura transitoria, no creo. Yo diría que lo necesitamos, estamos enganchados. Es la necesidad inmaterial de vivir así, lo que los hippies llamaban “una forma de vida”. No quiero ser un cadáver en el tranvía, necesito saber que voy a volver. Hoy como siempre…pienso en verde.
See you, little canal sparrows. Nos vemos en el monte. Un fuerte abrizo.