La integral del Pico del Águila sobre Arguis
Como estas últimas veces os pongo la banda sonora de la lectura de la crónica. Elegida entre lo más granado del panorama musical de los últimos años. Espero que os guste.
Madre mía. Frío yo? Nunca.
Es domingo y hay que salir al monte. Lo digo casi con devoción. Porque la opción que complementa a esta brillante solución es la de quedarse en el sofá. Entonces ¿qué proponemos? Igual hay que salir, aunque sea bien abrigado, porque ha dicho el personal del tiempo que va a hacer un frío pelón. Y como digo siempre a la compañera del metal:
- ¿Qué, una voltereta o me voy con la bici?
- ELLA Abrigate que hace frío.
Bieeeeeeeeeen. Ya será menos. Me cojo un poco de abrigo y sobra material. Sí, sí…..
En fin Serafín, lancémonos a la aventura. Sobre la marcha. Y así como si no hubiera mañana, vamos decidiendo, una tras otra, las condiciones de la jornada. Primero el cafelito. Parando en Huesca nos acercamos al bar de la gasolinera y solucionamos. Perfecto. Allí … alguno ya tuvo que “pillar wifi” porque el estómago no le aguantaba. Es lo que tiene la cafeína. Nada, nada, habiendo infraestructura sólo resta utilizarla. Eso sí, ya pueden avisar al “hombre de las cañas” para que mantenga un poquito las tuberías que se quedaron perjudicadas para todo el fin de semana. Fijo. Pero esto es no todo. Una vez en marcha con dirección ¿a?…algún sitio saldrá. ¿Y Apiés? Pues bien. Vamos hacia allí.
Los coches cargados con la impedimenta y las burras al unísono. Con el alma en vilo. Pero ¿cómo es posible que saliendo del Valle del Cierzo nos encontremos con semejante ventolera? Increíble. Aquí también sopla. Huyendo del frío y buscando el tiempo más llevadero nos encontramos en mitad de un huracán que nos hizo desistir de salir desde Apiés para cambiar el inicio de la ruta a lo alto de la Sierra. Por lo menos desde Santolarieta la cosa será distinta. O no. Ya veremos. Venga, vamos p’arriba. Una vez en el pueblo descargamos y nos agrupamos como las ovejas. Nos pusimos más adosados que un cuarto de baño. Oiga qué frío. Se nos llevaba hasta el material de las ráfagas del aire tan fuerte. Endioro. Eso sí que es “vivir a nuestro aire”
Tras un poco de darle al cerebelo trasero tenemos claro que nos marcaremos una media integral por el fondo del barranco para evitar el viento y en la parte superior de vuelta nos cargaremos de piedras en los bolsillos para que no nos tumben las ráfagas. Hayquejoese. Por ser un pez de mar abierto se sufre estos inconvenientes. Un pez de acuario rueda siempre por los mismos sitios cerrados, lo que a la postre te agobia. Servidora no desdeña la Plana de Zaragoza, pero no se puede comparar. El ser libre y elegir tiene a veces otras recompensas. Esta vez veremos lo que nos depara el día.
Salimos del pueblo por la senda que conduce hacia el Salto de Roldán. Nuestra mirada se vuelve de porcelana al contemplar el paisaje del Parque. El Salto. Una maravilla descubierta cien veces y siempre sorprendente. Es bueno saber que hay vida más allá del sofá y el fútbol. Los colegas también paran y se regocijan en el mirador sobre el tajo.
Aquí tomamos el sendero de descenso hacia el fondo del barranco, buscando las fuentes y el río, represado cien veces y siempre libre. El material poroso hace imposible de domar la corriente de agua y las fuentes que manan por todo el barranco se vadean y descubren un paisaje de carrasca, boj, pino, aliaga y toda suerte de vegetación de bosque mediterráneo. Jalonado por gleras, piedra descompuesta y los farallones de Cienfuens el entorno idílico del Parque nos recibe con una sensación sobrecogedora. La guinda la aporta el domen de Belsué; enterramiento pretérito, fuente de 100 historias y leyendas.
Y de aquí al cierre de la presa primero en Cienfuens y posteriormente una vez recorrido el camino horadado sobre la roca y a veces perforado en varios túneles tallados en piedra viva nos conducen en una pequeña ascensión a la presa del pantano de Belsué. Lo más agreste está resuelto. SQLP. (Licencia barbastrina) Sólo queda lo peor. (Recomiendo que visitéis a estos colegas de Barbastro porque son unos cracks y su web de igual nombre)
Comienza la subida. No es ninguna metáfora. Literal. Es como un tretra brick, unas veces se abre bien y otras mal. Hoy a sufrir. A principio de temporada no ruedas fino. Después de las fiestas y con lastre no surge la pedalada final. Aun con todo y tras superar las 4 primeras curvas encementadas la cosa fluye. Sudas como un tocino pero sales del hoyo. Y después de todo el collado de Trabesera nos espera para ofrece su vista sobre las dos vertientes. Es un amor efervescente, se pone mi carne a punto de nieve. Y falta todavía la pista de petroleros, hoy día bastante más arreglada que cuando la descubrimos por primera vez prácticamente cerrada de piedra y erizones.
Por fin. Arriba. Eso es sufrir. Contra el aire en ocasiones. A Manolo y a mí una ráfaga nos sacó de la pista sobre los erizones. No quiero ni pensar lo que hubiera ocurrido en otras circunstancias. Pero es mejor dejarlo así. ¡Vaya susto!
Total que entre ponte bien y estate quieta llegamos al cruce con la senda que viene del Pico del Águila, dirección Ordás. Nos pertrechamos y sufrimos el aire, el frío y algo ya de cansancio. Es lo que tiene la tirada de 600 m de desnivel positivo sin un solo respiro y por terreno abrupto. Un todo. Una mezcla de placer y dolor a partes iguales que no he sabido describir nunca como los aventureros de siglos pretéritos. No sé si será así pero a veces pienso que soñar es un error porque se vive dos veces una con el corazón y otra con la mente. Tal vez sea un acierto la reflexión, el poder vivir estas experiencias no tienen recompensa comparable.
A lo que voy vengo. Apiñados del frío. Me pongo de velcro por la falta de espacio. Bien pretos. El tío Tanano doblado de dolor o de frío. El tío Épico acurrucao, agabillao como un pájaro No lo había visto. Jodofloro. Con las manos juntas. Creo que va siendo hora de bajar. (Y no hacía frío, en principio)
Pues tira millas. Arrea hacia el cordal Joaquín, como una fuina. A ritmo de salsa. Yo, como no tengo dinero sueño en blanco en negro, vamos que tiro menos que un puro de peseta. No me puedo menear del frío en las manos (me las había desprotegido arriba para sacar cosas de la mochila y la cagué con ventanas a la calle, casi se me congelan). Por tanto no podía cambiar de piñón y no subía por las rampas de la senda. Tuvimos que esperar un rato por la senda para recuperar sensaciones. Tiré después de Miguel un buen rato hasta el obstáculo de la piedra donde por fin recuperé sensibilidad y por fin empecé a trazar, a disfrutar, a bajar y subir con flow.
Casi se ve el final de la senda. El Tiacuto a la espalda y la salida por la cabañera sobre Santolarieta. El barranco más guarro que hay por la zona. Más que el agua de fregar. Con piedras como la cabeza de un taustano, lavadoras, regueros, arrastres, etc.
Al poco antes de llegar podemos disfrutar mínimamente de la senda que lleva al pueblo. Pajarillo que vuela y no encuentra el nido. Casi a punto de tocar los coches. Y a punto de estar a punto….en la última curva de sendero Manuel nos deleita con el premio Muflón de Oro, a la tollina más divertida de la jornada. Un desliz. Un giro de rueda delantera y una salida “no hands” sin consecuencias. Fin de ruta.
Santolarieta. Preciosa. Los geranios de tus ventanas no se pueden comparar con las cosas más bonitas que me puedan ofrecer…Hoya de Uesca. Lugar privilegiado.
Nos vemos en el monte. Un abrizo de Tija, Lagar – Tija.
TRACK. 22km. ride. Jodoquebiruji.
Pie de foto. Ahora con el frío algunos animalitos buscan refugio en los motores de los coches que aún están calentitos. Por lo que no viene mal dar unos golpecitos en el capó del coche y si hay alguno saldrá huyendo de lo contrario podríamos causarle un daño irreparable al arrancar el motor. En comentarios pongo una foto donde se puede ver uno de ellos buscando el calorcico en esta época tan fría.