Banda sonora de la Ruta: De Ibirque a Lúsera en Guara.
El fin de semana pasado fue la salida del Club con As Cimas. Como siempre un lujo de vuelta. Buen rollo y buen rutón por los aledaños del Parque. No faltaron los cañones y barrancos interiores de la zona del Flumen. El resultado fue increíble. Un placer poder disfrutar de un día casi completo de monte con los aberronchos del enduro, y también por todo lo que ello conlleva, desayuno, risas, hipoxia, etc. Bien por el Salto de Roldán.
Veníamos con los planes cambiados a última hora debido a las inclemencias del tiempo y decidimos de forma improvisada cambiar de escenario. De la Sierra de Vicort, con sus maravillosas sendas por la alfombra pedregosa del Parque Natural de Guara. Apostamos sobre seguro, bastante trabajo supone organizar algo para que luego cuadre y además acertar en la decisión. Así que “a tiro hecho”. Por supuesto, todos contentos. Y de la ruta ni hablamos. La ya conocida subida al Salto de Roldán y bajada por la senda que lleva dirección a Apiés. Un placer oiga, tanto por el día, como por la bajada y de…………..órdigas repartidas a todas caras y de todos los colores. Madremíadelamorhermoso. Un elenco de tollinas cum laudem. El reparto fue múltiple y a discreción. Yo me llevé lo mío y lo de inglés.
En concreto las de un servidor se materializaron en: Una salida de senda por hacer portería y mirar donde no debía; asunto nada baladí que me costó un golpe en el costado junto al corazón, el cual me dejó bastante maltrecho y con dolores hasta en las pestañas. Posteriormente como consecuencia de lo anterior me pillé un “no hands” por encima del manillar que muchos saltimbanquis ya quisieran hacer. Total, premio Muflón de Oro para Lagartija. Balance: Costillas tocadas, reposo, no respirar en una semana -si puede ser-, no a los enfriamientos y consumir mucha agua (con el asco que me da a mí este líquido, donde hacen el amor los peces), un dedo machacado y esguince de otro. Vamos un parte de lesiones digno de cualquier accidente de personicas mayores. En fin Serafín. Asín son las cosas. Pero esto qué es para un hombre con pelo……….en pecho. Digoooooooo.
No me voy a quedar en casa. Colocada así la reflexión junto al cerebelo trasero ya no hay lugar para otros pensamientos. Este finde me voy de nuevo al monte. La carretera queda descartada. Venga pues. ¿Dónde echamos el body serrano? Pues………….. Igual a la zona más oriental del Parque. Por Lúsera, Ibirque, etc. Bien. No hay problema. En menos que canta un gato estamos organizados. No hay color. Pero bien es cierto que hay un problema – GORRRRRRRRRRRRDO y es que no sé si voy a poder ciclar. Tengo dolores, no puedo hinchar el pecho, me duelen las muñecas y músculos que no sabía ni que existían. Hasta el aliento me duele.
Decidido. Vamos a la nieve. Aquí no me molesta ni el perro, ni el gato ni las macetas de los helechos. Esto es pura vida. Sin pensar, como siempre ya estamos 4 patas para un banco dispuestos a disfrutar del enduro. El tío Mzungu, el tío Cirac, el tío Fon y una servidora. Dispuestos a llegar hasta el límite de lo ciclable pensamos seguir la ruta del tío Roberto Clemente, para marcarnos una ruta sobre seguro, pero….como siempre nos embarcamos en una gloriosa “PATOAVENTURA”.
No somos muy exigentes, pero sabemos apreciar lo bueno. Esta ruta lo tiene. La subida por el sendero de Ibirque, directo desde Orlato, tiene su aquel. No apta para todas las bocas y la verdad es que se hace poco ciclable ascender por ella hasta el pueblo. La visión y el paisaje son inconmensurables. Deliciosas. Indescriptibles. Guara nevado. El suelo con dos palmos de nieve. Los rincones de las fuentes, helados y la vegetación harta de nieve con un colorido blanquecino y navideño. De postal de felicitación. Así pues, toca nieve. Maravillossssso. Inoxidable mi querer, no puedo separarme de los senderos de Guara. Aquí se disfruta al 100%.
Pero no todo es subida. Desde Ibirque toca ciclar con presteza dirección al Oeste. Hacia Lúsera. Por las rampas de nieve y piedra, lajas mojadas e innivadas, por los ventisqueros que atraviesan el camino de piedra y las sendas holladas por cientos de personas que antaño recorrían estos tramos flanqueados por muretes de piedra, vadeaban arroyos sobre piedra tallada que hacía las veces de vado y puente y entre los árboles que en verano protegían del sol abrasador.
No todo podría ser duro, aunque de hecho lo era, alguna cosa buena también habría. Guara, ¿qué les has hecho a mi corazón que parece que siempre es domingo?
Caminando sobre el track, cargado a los efectos, en los GPS’s de los compañeros, por el Serenguetti de tus sendas, mis ruedas son leones hambrientos devorando cada metro en busca de la trazada perfecta. Sobre la nieu. Y eso que a pesar de todo y al ser nieve polvo avanzas bastante bien, eso sí, te meneas más que una coja en un baile. Pero tiene su encanto. Y así sin más ni más, consumiendo segundo a segundo bocados de vida nos plantamos en el cruce del camino a Lúsera. Enclave decisivo para bajar o continuar hacia Santa María de Belsué.
En un alarde de decisión sin límites y de hipoxia a flor de piel, a pesar que de pensábamos hacer lo correcto, nos equivocamos senda abajo. Por un tapiz de piedras como la cabeza de un taustano nos echamos monte abajo flotando sobre sus puntas, haciendo trabajar la suspensión al límite y forzando los sentidos que a estas alturas ya sienten sin miedro. El dolor pasa. La adrenalina fluye. Y el sendero acaba. Por fin Lúsera. Poco dura la alegría en casa del pobre. Sólo se bajan 3oo metros de desnivel negativo.
Poco se nos hace. Hemos recortado y tenemos mono de monte que parece un mandril. ¿Qué podemos hacer? Solución. Subimos y bajamos de Lúsera por un par de senderos y completamos. Dicho y hecho. Un par de ascensos y un par de trialeras y “a fan culo”. De vuelta a casa. O no. O yo qué sé. En fin, falta la portería, la cerveza de después y el piscolabis que tomamos siempre.
Qué más se puede pedir. Un día vivido como si no hubiera un siguiente. De los que te hacen sentir vivo. Grache primos.
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16092223
Un placer. Nos vemos por las sendas, kiollllls. Un saludo de Tija-Lagar-Tija.