En busca del sendero perfecto.

Por Lagartija
10 noviembre, 2015

O la bajada del Pelopín.

Los amigos de la Zona Zero, nos lo ponen fácil.  http://www.bttpirineo.com/es/rutas-btt-pirineo/zz-031-yosa-linas

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A nosotros nos va esto.  Versión impresionista.  “Semos” más de sensaciones o como diría mi primo el Chapu:  “Nosotros somos más de bares que de tirarnos por trampolines”.

Imagen 006Partimos al “punto mañana” con el cafelito puesto, pensando en lo que nos deparará el día.  Un viaje corto hasta Oto y otro desayuno en el bar de cazadores nos pone en disposición de comenzar la ascensión.  Es dura.  Lo sabemos.  Pero claro, … a lo que voy  vengo.  Un par de expansiones corporales en forma de gas (letal) y a vestirnos de romanos.

Un inciso.  Equipo formado para la cicloalpinista.  El tío Mzungu (el biker con los huevos más bajos del  Reyno, algún día os contaré por qué), el tío Tanano (elemento autóctono del Pirineo, casi inclasificable y bajo protección animal), 12193501_1237439129605484_8355869096916375362_nel tío Dunauto (con más conchas que un peregrino, pero que os da p’al pelo si os descuidáis) el tío Ñandú (nuestro argentino-oregonés, de allí no se lo quitaban ni con agua caliente, así que p’a nosotros) y una segura servidora (exiliado del psiquiátrico porque no me llegaba para pagar la estancia con la pensión).

Fase I.  Inicio.  Mecagontoloquesemenea.  Me he dejado la botella del agua.  Menos mal que el tío Tanano me presta ¾ de litro en una botella de plástico.  Endiolllll, qué mierda.  La subida se me hará todavía más dura de saber que no debo beber.  La pista se hace particularmente empinada al principio desde la misma carretera.  Las rampas más duras se hayan aquí y los porcentajes son demoledores para calentar.  No hay más remedio.  Son pequeños tramos con inclinación bestial que compensan con pendientes más humanas pero que a la postre te dejan destrozado.  Al final se te hace bola tanta subida.  Hasta la primera hora de pedaleo te lo tomas bastante bien.  Algún balconcillo te compensa con vistas espectaculares de nuestro enclave privilegiado de Ordesa, desde el Taillón a las Tres Sorores, un agradable regalo para cuerpo y mente. 12191590_1237439172938813_8455090643072952985_n Pero no hay que engañarse aquí sigue todo igual.  Tira p’arriba.  Preta el culo zagal.  Sigues sobre el pedal, sin levantar el culo del sillín porque necesitas todo el empuje y la palanca a tramos largos.  12219332_1237439289605468_5781543611426544513_nEl reloj frisa la hora y pico (más bien cuarto) y todavía seguimos en una p***a cuesta sin solución de continuidad.  Cuando por fin estás a punto de hipoxia (casi ves gnomos, setas alucinógenas, extraterrestres, etc) llegas a la verja de las vacas.  Menos mal.  Por fin un plano.  Una ladera.  La encrucijada que nos conduciría hacia Linás de Broto a través de un bosque y un sendero de bajada delicioso pero que hoy no tomaremos.  Nosotros p’alante.

Fase II.  Desde aquí un rampón del 15 que no da tregua, nos desmonta a casi todos menos al tío Joaquín, que sube a lomos de su máquina.  En 200 m llegamos al collado que marca la diferencia entre hombres y ratones.  Aquí se rompe la telaraña de nuestro corazón, inicio de la ascensión, la decisión verdadera, donde decides si subes o te quedas a tomar el sol. 12191042_1237439309605466_3096076978419838435_n Nosotros lo tenemos claro.  Sección ciclo alpinista.  Opción biker sin conocimiento que se dedica a subir a los picos, bici en la chepa y luego a bajar como posesos.  Pues eso.  Knock Out, que diría el puto anglo.  ¡Vamos al pico chicos!  Alegría.  Jajajaja.  Esto también debe ser a consecuencia de la falta de oxígeno otra vez.

Sueño con subir, me siento mejor, me vuelvo a perder en ….creo que me falta riego.  Para estar aquí subiendo hay que estar colgado de este deporte, hace falta echarle huevos, para mí que ya estamos idos.  En fin Serafín, las sensaciones nos trasportan de un segundo hasta el siguiente, sufriendo cada metro de ascensión.  La diagonal que tenemos que surcar asciende hasta el cielo de forma continuada por la falda de la montaña, en línea recta, hasta desaparecer de nuestra vista.  12226935_1237439376272126_2319508694525278459_nLlega un momento en el cual abandonamos el pedaleo para tomar nuestras burras del ramal y empujar hacia arriba.  Ojalá merezca la pena.  El esfuerzo empieza a pesar.  El agua escasea.  Este tramo es realmente duro, hasta el pequeño collado.  Es remar con fuerza hacia la cumbre, tus segundos duran una eternidad, la vida se detiene; dame más paraíso, es una calle sin salida, debes ascender para conseguir tu objetivo.  Encefalograma plano y decisión sobre lo que vas a hacer.  Te regalas esfuerzo y sufrimiento a partes iguales.  Debes caminar, ascender, subir, portear, empujar.  12208638_1237439422938788_8106943654105901386_nNo se ve todavía el primer collado que dará la opción final.  Aún resistes.  La conversación se ha cortado claramente, ahora te centras en llegar al primer objetivo.  Lo necesitas. 12196163_1237439446272119_5863348330222191531_n Por fin aparece el cartel, recortado en silueta sobre el cielo y fijas tu primer hito.  Si triunfas eres más grande y la recompensa acecha tras la loma a escasos metros en distancia y desnivel.

Vuelves a sonreír una vez conseguido.  Sólo falta la pequeña lomaza.  En menos que canta un gato te haces con la cima.  2007 m.  Por fin.  Joé, qué duro.IMG-20151110-WA0001

Fase III: Abrazos y portería.  Charrada con los colegas y con unos franceses que hollaban la cima.  A reponerse de la deshidratación.  Gracias compays por el agua y el tiempo de descanso.  Me tiemblan las piernas, bueno en realidad me cabe una riña de perros entre ellas, de lo cedido que voy, pero debo recuperar y comer a ritmo.  IMG-20151110-WA0003Empieza a pesar el cansancio.  La recompensa está a un vistazo de ti.  Visión sobre las cimas.  Panorámica del Pirineo.  Precioso.   Ahora a darle caña al descenso.  Comprobamos el strava para ver qué destalentao la ha hecho en menos tiempo y por qué zona.

12241716_1237439562938774_1500511630194273552_nFase IV.:  A patadas con el Otoño nos dejamos llevar por la gravedad.  Sol y buen tiempo que diría aquel.  Un magnífico día de noviembre nos regala el lujo de vestir en manga corta y pantalones baggies. 12227707_1237439499605447_3735974716312777137_n

Somos indestructibles.  O eso pensamos antes de lanzarnos en busca de las cotas inferiores.  Velocidad y control sobre las toperas y las tascas.  La suspensión crea un clima especial alrededor de los neumáticos, de calor y ruido, energía y rozamiento.  Un ruido extraño en un entorno silencioso. Viajas.  Rápido y fugaz como una estrella, pero que se parece a una estampida de ñúes. 11012135_1237439602938770_1764365576087649577_n La senda se vuelve pedregosa, con un mar de piedra y estela de boj.  Volando a ras de suelo, trazando las miles de zetas dirección a Yosa el tiempo no pasa, se detiene, juntitos como dos ranas en un mismo charco, la bici y su jinete se funden hasta la extenuación.  Un paréntesis.  No hay célula de los brazos que no necesite que vuelva a encender el fogón.  ¿Dónde está la energía?.  Nos envolvemos en lo poco que nos resta y hacia los saltos de piedra y escalones, caminos jalonados de tapia de piedra, infinitos, antiguos como la misma tierra, piedra y olor que añoras.  Llevo un mono de monte que no tiene final.  No quiero que acabe nunca.

Al final el sendero no defrauda.  Tengo el labio abierto de los nervios y los saltos.  Todavía llevo verde en las retinas. Han pasado dos días y aún recuerdo.  He vuelto a las andadas.  No quiero dejar esta droga.

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Hace tiempo que no disfrutaba tanto en una bajada.  Impresionante.  Sólo añadiré que no es apta para todos los públicos y que por supuesto no es paladar de gusto para los que no disfruten con piedra, saltos, trampas y un sin fin de obstáculos que dejen tu suspensión al límite.  Enduro total.

Un placer.  Nos vemos en el monte.

Ufffffffffffffffffffffffff.  Un abrazo muy fuerte kiolllls.   Lagartija.

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